miércoles, 27 de mayo de 2009

SEXTA SECCIÓN: LA VIDA DEFINITIVA. Jesús y los discípulos: El temor de la muerte.

SEXTA SECCIÓN: LA VIDA DEFINITIVA (11, 1-54)
Jesús y los discípulos: El temor de la muerte (11,1-17)
11, 1. Había cierto enfermo, Lázaro, que era de Betania, de la aldea de María y de Marta su hermana.
2. (María era la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con el pelo, y su hermano Lázaro estaba enfermo.)
3. Las hermanas le enviaron recado:
-Señor, mira que tu amigo está enfermo.
4. Al oírlo, dijo Jesús:
-Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios; así se manifestará por ella la gloria del Hijo de Dios.
5. Jesús quería a Marta, a su hermana y a Lázaro.
6. Al enterarse de que estaba enfermo, se quedó, aún así, dos días en el lugar donde estaba.
7. Luego, después de esto, dijo a sus discípulos:
-Vamos otra vez a Judea.
8. Los discípulos le dijeron:
-Maestro, hace nada querían apedrearte los judíos, y ¿vas a ir otra vez allí?
9. Replicó Jesús:
-¿No hay doce horas de día? Si uno camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10. en cambio, si uno camina de noche, tropieza, porque le falta la luz.
11. Esto dijo, y a continuación añadió:
-Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido, pero voy a despertarlo.
12. Le dijeron los discípulos:
-Señor, si se ha dormido, se salvará.
13. (Jesús lo había dicho de su muerte, pero ellos pensaron que hablaba de un sueño natural.)
14. Entonces Jesús les dijo abiertamente:
-Lázaro ha muerto,
15. y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que lleguéis a creer. Ea, vamos a verlo.
16. Entonces Tomás, es decir, Mellizo, dijo a sus compañeros:
-Vamos también nosotros a morir con él.
17. Al llegar Jesús, encontró que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.
EXPLICACIÓN.
1-17. Lázaro y sus hermanas representan una comunidad de discípulos. Son de Betania, lugar figurado de la comunidad de Jesús (1,28; 10,40). La enfermedad de Lázaro representa la amenaza de la muerte física, de la cual no está exento el discípulo.
Es María la que ungirá a Jesús (12,1-3) (2). No hay petición explícita (3), sólo información: confianza en el amor de Jesús. Afecto y amistad, vínculo de Jesús con los suyos (tu amigo). La enfermedad de un discípulo no tiene por término la muerte (4), pues la vida comunicada con el Espíritu es definitiva; al ser percibida manifestará la gloria/amor de Dios y la de su Hijo (cf. 2,11), que es su presencia entre los hombres. Se insiste sobre el amor de Jesús (5). Sin embargo, él se retrasa deliberadamente, dejando que Lázaro muera. No es misión suya liberar al hombre de la muerte física, sino dar a ésta un nuevo sentido.
Judea (7) evoca la oposición a Jesús (4,1-3-47.54; 7,1; 10,22-39). Los discípulos tienen miedo por él (10,31.39) (8); para ellos, su muerte sería el final de todo y ha de ser evitada. Jesús responde a ese miedo (9-10); doce horas de día, duración de su actividad (el día sexto, cf. 2,1), que va a terminar con la resurrección de Lázaro y la decisión de matar a Jesús por parte de las autoridades; la luz, la posibilidad de trabajar; la noche, la cesación de su actividad. Para los discípulos, Jesús será la luz (8,12; 9,5) que les permita trabajar sin miedo.
Quitados los motivos de temor, expone la razón para ir a Judea (11). Lenguaje simbólico (se ha dormido), aunque conocido ( 1 Cor 7,39; 11,30; 15,6.18; 1 Tes 4,13); no es un mero eufemismo, porque la muerte no es definitiva. Como “hermano” (1,2), amigo era un modo de llamarse los cristianos en las comunidades joaneas. Jesús no puede abandonar al amigo. Los discípulos, en su temor, encuentran pretexto para disuadirlo de su propósito (12-13). Para ellos, salvarse significa evitar la muerte física; para Jesús, tener una vida que supera la muerte (3,16). No han comprendido la calidad de vida que comunica Jesús, siguen aferrados a la antigua concepción de la muerte. Jesús les aclara el sentido de sus palabras (14-15); no han alcanzado una fe plena. La resurrección de Lázaro, que anticipa la de Jesús, va a mostrarles el entero fundamento de la fe: percibirán todo el alcance del amor de Dios, viendo que la vida vence a la muerte.
La traducción del nombre de Tomás (16) muestra la importancia de su significado. Este se deduce de la frase de Tomás, que está dispuesto a morir “con Jesús” (no como Pedro, que estará dispuesto a morir “por Jesús”, 13,37); el que está dispuesto a seguir a Jesús hasta la muerte es el doble (mellizo) de Jesús. Tomás piensa que la muerte es inminente y, además, su horizonte acaba en ella. Llega al máximo de la adhesión dentro de la perspectiva humana, y ahí se detendrá (cf. 20,25) hasta que palpe la victoria de la vida sobre la muerte (20,27ss).
Se pensaba que la muerte era definitiva a partir del tercer día. Cuando llega Jesús, nadie puede dudar de que Lázaro está muerto (17). Pero además, la cifra cuatro indica la totalidad del tiempo; el sepulcro, la ausencia de vida (por eso Jesús sacará a Lázaro del sepulcro). Esta ha sido el destino de la humanidad desde el principio. La muerte de Lázaro ha sido asimilada por los suyos a la muerte de siempre, sin esperanza.

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