domingo, 29 de marzo de 2009

TERCERA SECCIÓN: LA FIESTA DE LAS CHOZAS. Jesús rechaza la propuesta de los suyos.

TERCERA SECCIÓN: LA FIESTA DE LAS CHOZAS. (7,1-8,59)
Jesús rechaza la propuesta de los suyos. (7,1-10)
7. 1. Después de esto andaba Jesús por Galilea; no quería andar por Judea porque los dirigentes judíos trataban de matarlo.
2. Se acercaba la gran fiesta de los Judíos, la de las Chozas.
3. Su gente le dijo:
-Trasládate de aquí y márchate a Judea, así tus discípulos presenciarán esas obras que haces,
4. pues nadie hace las cosas clandestinamente si busca ser una figura pública. Si haces estas cosas manifiéstate al mundo.
5. De hecho, tampoco su gente le daba su adhesión.
6. Jesús les contestó:
-Para mí, todavía no es el momento; para vosotros, en cambio, cualquier momento es bueno.
7. El mundo no tiene motivo para odiaros; a mí, en cambio, me odia, porque yo denuncio que su modo de obrar es perverso.
8. Subid vosotros a la fiesta, yo no subo a esa fiesta, porque para mí el momento no ha llegado aún.
9. Dicho esto, él se quedó en Galilea;
10. sin embargo, después que subió su gente a la fiesta, entonces subió él también, no de modo manifiesto, sino clandestinamente.

EXPLICACIÓN.
1-10. Los dirigentes de Judea siguen considerando a Jesús un peligro para su sociedad y se proponen matarlo (1), idea que habían concebido a raíz de la curación del inválido (5,18). La situación en torno a Jesús es de crisis (6,60.66), escepticismo y persecución.
Al acercarse la fiesta más popular y frecuentada del año (2), que tenía marcado carácter mesiánico (cf. Zac 14,16.19; 9,9; 12,10; 13,1; 14,8) y estaba también manipulada por los dirigentes (fiesta de los judíos), gente cercana a Jesús quiere apartarlo de su línea de conducta. Le aconsejan irónicamente (3-4): para ganarse a sus discípulos, lo desafían a salir de la clandestinidad, subir con la peregrinación a Jerusalén y dar allí muestra de sí para constituirse en personaje público; debe luchar con las armas del sistema. Para ellos, la propuesta que está haciendo Jesús no tiene validez (5).
Jesús no acepta el consejo (6-7). Ellos no están en conflicto con la institución, están integrados en ella. Jesús no sólo no quiere usar sus armas, el brillo mundano, sino que denuncia la injusticia de la sociedad. Los dirigentes lo odian porque temen que ponga al descubierto ante el pueblo su verdadera conducta (cf. 3,20: odia la luz). La actividad de Jesús a favor de los débiles es el reproche más eficaz a la opresión que se ejerce sobre el pueblo. Al decirles que suban a la fiesta (8), les pone ante los ojos su complicidad con la injusticia. Él no va a una fiesta de los Judíos (2). Subirá al templo, pero para enseñar. No busca el conflicto por sí mismo (9-10); será el resultado de la misión que cumple.

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