viernes, 10 de abril de 2009

El tiempo de la salvación. Invitación y urgencia.

El tiempo de la salvación: Invitación y urgencia. (7,32-52)
7, 32. Oyeron los fariseos estos cuchicheos de la gente; entonces, los sumos sacerdotes y los fariseos mandaron guardias a prenderlo.
33. Entonces dijo Jesús:
-Todavía voy a estar un poco de tiempo entre vosotros y luego me marcho con el que me envió.
34. Me buscaréis, pero no me encontraréis: y es que donde yo estoy, vosotros no sois capaces de venir.
35. Comentaron entre ellos los dirigentes judíos:
-¿Adónde querrá irse éste, para que nosotros no podamos encontrarlo? ¿Querrá irse con los emigrados en países griegos para enseñar a los griegos?
36. ¿Qué significa eso que ha dicho: “Me buscaréis, pero no me encontraréis” y “Donde yo estoy, vosotros no sois capaces de venir”?
37. El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús puesto de pie, gritó:
-Si alguno tiene sed, que se acerque a mí, y que beba
38. quien me da su adhesión. Como dice aquel pasaje: “De su entraña manarán ríos de agua viva”.
39. Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que le dieran su adhesión (aún no había espíritu, porque la gloria de Jesús aún no se había manifestado).
40. Al oír estas palabras, algunos de la multitud decían:
-Ciertamente éste es el Profeta.
41. Decían otros:
-Éste es el Mesías.
Pero aquellos replicaban:
-¿Es que el Mesías va a venir de Galilea?
42. ¿No dice aquel pasaje que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?
43. Se produjo división entre la gente a propósito de él.
44. Algunos de ellos querían prenderlo, pero nadie le puso las manos encima.
45. Volvieron entonces los guardias adonde estaban los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos le preguntaron:
-¿Se puede saber por qué no lo habéis traído?
46. Replicaron los guardias:
-Nunca hombre alguno ha hablado así.
47. Les replicaron los fariseos:
-¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar?
48. ¿Es que alguno de los jefes le ha dado su adhesión o alguno de los fariseos?
49. En cambio, esa plebe que no conoce la Ley está maldita.
50. Los interpeló Nicodemo, el que había ido a verlo al principio, y que era uno de ellos:
51. -¿Es que nuestra Ley condena a un hombre sin antes escucharlo y averiguar lo que hace?
52. Le replicaron:
-¿Es que también tú eres de Galilea? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.

EXPLICACIÓN.

32-52. Reacción de los fariseos a los comentarios favorables de la gente; la aceptación de Jesús como Mesías los alarma, pues derribaría el sistema legal en que ellos se apoyan. Para eliminar a Jesús, se alían los adversarios (sumos sacerdotes y fariseos). Pasan a la acción; pretenden detener a Jesús. El templo es recinto de muerte (32).
Jesús da a todos un aviso, subrayando la urgencia de responder a su ofrecimiento (33); alude a Prov 1,27s, donde se predice la cercanía de la ruina (34). El lugar donde él está es la esfera del Padre; para estar en ella hay que dar un paso que sus oyentes no quieren dar: romper con el sistema injusto y dar la adhesión a su persona y alternativa. Comentario desorientado de sus adversarios (35-36): creen que se ha convencido den que en su patria no tiene porvenir. Repiten frases de Jesús sin entenderlas. No tienen conciencia de lo crítico de la situación.
El mismo día, cuya datación se coloca aquí por motivos teológicos (37-38), Jesús, nueva Sabiduría (Prov 1,21), grita ofreciendo el agua del Espíritu (cf. Is 32,15-18; 44,3-5) que toma el lugar de la antigua Ley. El grito está en relación con los ritos de agua que se celebraban en la fiesta (cf Neh 3,15) y con los textos leídos en ella (Ez 47,1-12; Sal 78,15; Zac 13,1-14-8). Él es la roca de donde fluyen los ríos de agua viva; es el nuevo Moisés que proclama la Ley nueva, el Espíritu, fundamento de la nueva alianza; él es el templo profetizado por Ezequiel, del que saldrá el agua vivificante, y la fuente anunciada por Zacarías, que correrá de mar a mar. Invita así a adherirse a él como Mesías, que, con su éxodo funda la nueva comunidad humana, única esperanza de salvación para Israel.
Invitando a beber, promete calmar la sed del hombre (cf Is 55,1). La condición es sentirla; los instalados no se acercan. Anticipa lo que ha de suceder en el momento de su muerte (el último día), cuando manifestará su gloria/amor. Refiriéndose al Espíritu, el que habita en Jesús (1,32), que es la gloria, el amor leal del Padre (1,14); espíritu, el hombre nuevo, que ha recibido el Espíritu de Jesús (cf. 3,6: del Espíritu nace espíritu). Aún no hay hombres nuevos, porque no se ha dado el Espíritu.
División de opiniones en el pueblo (40-41a); dos son positivas, pero un grupo niega el mesianismo de Jesús, basándose en el pretendido origen y lugar de nacimiento. El evangelista no decide; para él, lo único importante es la misión divina (41b-43). Tercer grupo, hostil a Jesús (44).
La vuelta de los guardias con las manos vacías (45) provoca la indignación de los fariseos. Impresión de los guardias (46) y exasperación de los fariseos (47); tachan a Jesús de impostor (engañar); según ellos, la opinión oficial es normativa para todos; los individuos no tienen derecho a formarse un juicio (cf. 7,13.26). Desprecio del pueblo, maldito, porque no conoce la Ley y no puede practicarla; sólo quienes estudian pueden estar a bien con Dios; religión de élite. Confunden el conocimiento de la Ley con el conocimiento de Dios (49). Nicodemo, fariseo (3,1), apoyándose en la Ley, exige un juicio justo (Dt 1,16-17) (50-51); son las obras (lo que hace), no los prejuicios, las que han de decidir. No se da cuenta de que los fariseos han hecho de la Ley un instrumento de injusticia (cf. 19,7). Invectiva a Nicodemo (52): No responden a la cuestión que ha planteado, no atienden a razones; quieren insultar a Nicodemo (galileo, como Jesús); lo tachan de ignorante (Estudia) (para un profeta de Galilea, cf. 2 Re 14,25). Están obnubilados por su aversión a Jesús. Ni consideran la posibilidad de que sea el Mesías (un profeta).
SÍNTESIS.
Ante la ruina que amenaza, por la situación de injusticia y opresión existente, Jesús propone su alternativa: la nueva comunidad humana. El único principio para construirla es el amor leal. Para ello hace falta un hombre nuevo, el que ha sido completado con la capacidad de amar hasta el fin.
Jesús se ha presentado como la Sabiduría. Pero lo que él comunica no es un saber teórico, sino el Espíritu, vida y fuerza de amor. El conocimiento que da el amor saca de la ambigüedad a toda sabiduría, impidiéndole convertirse en culto de sí mismo y en instrumento de opresión. La única respuesta de los dirigentes es la violencia.
Nota crítica.- La perícopa 7,53-8,11, que contiene el episodio de la adúltera, aunque ciertamente conserva un relato muy primitivo, no pertenece al Evangelio de Juan. No se encuentra en los mejores testigos del texto, en los codd. que la contienen no ocupa siempre el mismo lugar, el vocabulario que en ella aparece no corresponde al de Jn, y ningún Padre griego la comenta. Un documento la atribuye al Evangelio de Lucas. Por esta razón se pondrá al final del Evangelio.

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